We faced problems while connecting to the server or receiving data from the server. Please wait for a few seconds and try again.
If the problem persists, then check your internet connectivity. If all other sites open fine, then please contact the administrator of this website with the following information.
TextStatus: undefined
HTTP Error: undefined
Some error has occured.
Hoy, en pleno siglo XXI, más de 646 millones de cristianos viven en países donde no se respeta la libertad religiosa. Personas como tú y como yo sufren discriminación y desprecio, no pueden optar a determinados puestos de trabajo ni recibir un mínimo de educación, lo que los deja sumidos para siempre en la pobreza. Muchos son maltratados física y psicológicamente, y hasta se ven obligados a huir y perderlo todo, o a vivir su fe en la clandestinidad, porque vivirla abiertamente puede costarles la vida. Otros optan por manifestar en público su fidelidad a Cristo y atenerse a las consecuencias… “Hay más mártires ahora, que en los primeros siglos del Cristianismo”, nos recuerda constantemente el Papa Francisco.
Los cristianos perseguidos tienen una fe a prueba de bombas. Quieren seguir haciendo presente a Jesus aún sabiendo que son minoría. Su testimonio de vida es un ejemplo para nosotros.
Las comunidades cristianas son atacadas por gobiernos autoritarios, principalmente en países comunistas; por fundamentalistas islámicos y por nacionalistas étnico-religiosos. También se encuentran los que son atacados por aquellos que levantan la bandera del secularismo y el laicismo agresivo, en países occidentales, con ataques, ofensas y actos de cristianofobia.
Los cristianos perseguidos y discriminados necesitan recursos para sostenerse, para permanecer en sus comunidades y, así, preservar la fe, nuestra fe. Necesitan formación, material catequético, sostener sus seminarios, reconstruir sus templos y protegerse de ataques terroristas. Los sacerdotes y religiosas que los atienden también carecen de recursos para sostenerse y poder acompañar a su pueblo…
Tú eres fundamental para estos hermanos, que son la vanguardia de nuestra Iglesia. Son portadores de paz, esperanza y ejemplo de convivencia. Los cristianos son luz en la oscuridad, el estandarte que mantiene el Cristianismo en pie en aquellos lugares donde está tan amenazado. ¡Ayúdalos!
Gracias a ti podrán: contar con un sacerdote que les transmita el Amor de Dios, tener una iglesia donde rezar a salvo, recibir el amor y cuidado de religiosas, disponer de vehículos para evangelizar con seguridad, recibir ayuda de emergencia para desplazados, contar con medios para recibir el Evangelio.