Estas palabras, dichas por Jesús a Santa Margarita María de Alacoque en las revelaciones del siglo XVII, siguen resonando con fuerza hoy. El Señor mostró su Corazón herido por la indiferencia de muchos, y pidió reparación a través de la oración, la Eucaristía y, sobre todo, la Santa Misa.
Al ofrecer una Misa en honor al Sagrado Corazón de Jesús, entras en una corriente de amor, reparación y misericordia que transforma vidas. Puedes ofrecerla:
• Por tu familia y tus seres queridos
• Por los enfermos o difuntos
• Por la conversión de los pecadores
• Por reparación de pecados y heridas personalesPor gratitud a Dios por algún favor recibido
La Misa es el acto más perfecto de amor y reparación. Según el Catecismo de la Iglesia Católica,
«la Eucaristía es ‘fuente y culmen de toda la vida cristiana'» (CIC 1324)
y
«actualiza el sacrificio de Cristo, el único Mediador que se ofrece al Padre» (CIC 1366).
Jesús mismo reveló a Santa Margarita su deseo de que el primer viernes de cada mes se ofrecieran Misas en reparación de las ofensas contra su Corazón.
Con tu ofrecimiento, no solo elevas una intención al Cielo:
también apoyas a más de 40.000 sacerdotes que celebran la Eucaristía en zonas de pobreza, persecución o aislamiento.
Cada estipendio de Misa:
• Sostiene la labor pastoral en hospitales, prisiones, selvas o aldeas remotas
• Da consuelo a enfermos y esperanza a comunidades olvidadas
• Fortalece a quienes arriesgan su vida por anunciar el Evangelio
Completa el siguiente formulario y tu intención será ofrecida en una Misa celebrada por un sacerdote misionero.
🔥 “Prometo derramar abundantes bendiciones sobre todas sus empresas.”