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La amistad auténtica y el amor verdadero no se reducen a sentimientos pasajeros: llevan a la fidelidad, al compromiso y a buscar siempre el bien del otro. Al ofrecer una Misa, elevamos una oración que fortalece los vínculos, sana heridas y siembra esperanza.
“El amigo fiel es un refugio seguro, y quien lo encuentra ha encontrado un tesoro” (Eclo 6,14).
El mundo necesita volver a los valores que hacen sólidos los noviazgos y fecundos los matrimonios: respeto, fidelidad, paciencia, perdón y alegría. Una Misa por tu pareja, tu esposo(a) o ese amor especial es una forma de pedir a Dios que bendiga la relación, la haga crecer y la encamine hacia la santidad.
📖 “El amor es paciente, es servicial, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca pasará” (1 Cor 13,4.7-8).
Cada vez que ofreces una Misa, ayudas a los sacerdotes misioneros que llevan la fe a lugares de pobreza, violencia o persecución. Ellos celebran la Eucaristía en aldeas remotas, acompañan a familias que luchan por permanecer unidas y enseñan a los jóvenes a vivir la amistad y el amor según el Evangelio.
Hoy, ofrece una Misa para pedir por tu amigo o por la persona que amas. Estás sembrando en la tierra y el fruto será eterno.
“El amigo ama en todo momento, y el hermano nace para el día de la angustia” (Prov 17, 17).