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Septiembre nos invita a recordar que la amistad y el amor son dones de Dios que debemos cuidar. Jesús tuvo amigos entrañables como Lázaro, Marta y María, y nos dejó el mandato: “Ámense los unos a los otros como Yo los he amado” (Jn 15,12).

El verdadero amor busca la santidad del otro

La amistad auténtica y el amor verdadero no se reducen a sentimientos pasajeros: llevan a la fidelidad, al compromiso y a buscar siempre el bien del otro. Al ofrecer una Misa, elevamos una oración que fortalece los vínculos, sana heridas y siembra esperanza.

“El amigo fiel es un refugio seguro, y quien lo encuentra ha encontrado un tesoro” (Eclo 6,14).

Ofrecer una misa por un amigo

Noviazgos sanos, matrimonios santos

El mundo necesita volver a los valores que hacen sólidos los noviazgos y fecundos los matrimonios: respeto, fidelidad, paciencia, perdón y alegría. Una Misa por tu pareja, tu esposo(a) o ese amor especial es una forma de pedir a Dios que bendiga la relación, la haga crecer y la encamine hacia la santidad.

📖 “El amor es paciente, es servicial, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca pasará” (1 Cor 13,4.7-8).

Ofrecer una misa por un amigo
Ofrecer una misa por un amigo

Tu oración sostiene a la Iglesia que sufre

Cada vez que ofreces una Misa, ayudas a los sacerdotes misioneros que llevan la fe a lugares de pobreza, violencia o persecución. Ellos celebran la Eucaristía en aldeas remotas, acompañan a familias que luchan por permanecer unidas y enseñan a los jóvenes a vivir la amistad y el amor según el Evangelio.

"Cuando mi mejor amigo me dijo que había pedido una Misa por mí, comprendí lo que significa ser amado en Dios. Fue un regalo que transformó mi vida”.

Ofrecer una Misa es un regalo sencillo y eterno

  • Escoge a la persona por la que quieres orar: un amigo, tu pareja, tu esposo(a), ese amor especial.
  • Haz tu donación.
  • Un sacerdote misionero celebrará la Misa con tu intención.
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Ofrecer una misa por un amigo

La amistad y el amor verdadero encuentran su fuerza en Dios

Hoy, ofrece una Misa para pedir por tu amigo o por la persona que amas. Estás sembrando en la tierra y el fruto será eterno.

“El amigo ama en todo momento, y el hermano nace para el día de la angustia” (Prov 17, 17).