Nuestras actividades en el año 2024
¡Gracias de todo corazón!
Apoyamos a la Iglesia donde sufre pobreza, discriminación y persecución
Nuestra ayuda a la formación de sacerdotes y religiosos (16,4%) y laicos (11,8%), que siempre ha sido una de nuestras prioridades, se ha incrementado en 2024 hasta alcanzar un total del 28,2%, lo que supone más de una cuarta parte de nuestra ayuda total.
A su vez, los proyectos de construcción, reconstrucción y rehabilitación de iglesias y edificios eclesiales ocuparon un 23,6% de los fondos, es decir, también más de una cuarta parte del total.
En 2024 pudimos volver a garantizar el sustento de sacerdotes y religiosas, facilitándoles estipendios de Misas (17,2%) y subsidios económicos (6,7%), respectivamente. A estas actividades destinamos un 23,9% de los fondos recaudados.
Además, en situaciones graves de crisis nos movilizamos para apoyar a la población necesitada con medidas de ayuda de emergencia. En 2024, tales medidas de emergencia se ofrecieron en zonas en las que los cristianos están amenazados por la violencia y el desplazamiento forzoso, abarcando un 10,7% de nuestra ayuda total.
Qué hacemos en el mundo
Datos 2024
1. FORMAS DE AYUDA DE MÁS IMPACTO EN 2024

2. DISTRIBUCIÓN DE LA AYUDA POR ÁREAS GEOGRÁFICAS

Queridos amigos:
Al presentar este informe anual e informarles acerca de la utilización de los fondos que se nos han encomendado, actuamos como verdaderos “Peregrinos de la Esperanza”, de acuerdo con el lema del Año Jubilar 2025.
En medio de grandes penurias, el pasado año nos encontramos con una increíble variedad de ejemplos de auténtica caridad cristiana, y con frecuencia también de un amor a Dios y al prójimo heroico, tanto en la escalada del conflicto en Oriente Próximo, en la devastadora guerra de Ucrania -que ya dura tres años-, en Haití –país sumido en el caos y la anarquía– o en los países africanos en los que la violencia yihadista se propaga y provoca la expulsión, el sufrimiento y la miseria de la población.
Con las oraciones y donativos de nuestros benefactores, quienes también abrieron sus corazones en 2024, pudimos ofrecer ayuda el pasado año en más de 130 países a través de más de 5.000 proyectos, y propagar la luz de la esperanza con el abrazo fraternal de toda la comunidad de la Iglesia.
Los acontecimientos que ocurren en el mundo y la dedicación de muchas buenas personas nos permiten comprender cómo el bien y el mal, la luz y la oscuridad se hallan en una lucha recíproca que se intensifica enormemente. En este enfrentamiento debemos dirigir conjuntamente nuestras plegarias llenas de esperanza a Dios, el origen y el dador de todo lo bueno, de la luz y de la vida.
Que Dios todopoderoso bendiga a todos aquellos que contribuyen a que esta organización sea expresión viva del amor y de la gracia divina. Los encomiendo a todos y a sus familias a la intercesión de la Sacratísima Madre de Dios, que es también nuestra madre.
De ustedes,

Cardenal Mauro Piacenza,
Presidente de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre
