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Un obispo nigeriano, sobre los secuestros en escuelas: “Tenemos el corazón destrozado, pero nuestra fe sigue firme”

Secuestro de niños en Nigeria

“El mal nunca vencerá”, aseguró el asesor de Seguridad Nacional de Nigeria durante una reunión con el obispo de Kontagora, diócesis donde más de 300 niños fueron secuestrados a finales de noviembre.

Mons. Bulus Dauwa Yohanna, obispo de la diócesis de Kontagora, habló sobre el profundo dolor de su comunidad en una reunión realizada el 1 de diciembre con el asesor de Seguridad Nacional de Nigeria (ASN), Nuhu Ribadu. El encuentro tuvo lugar tras el secuestro, el 21 de noviembre, de más de 300 niños y empleados de una escuela católica. Alrededor de cincuenta alumnos lograron escapar, pero 239 menores de guardería y primaria, 14 de secundaria y 12 empleados permanecen capturados.

“El secuestro de nuestros inocentes alumnos y del dedicado personal de la escuela católica Santa María ha causado un dolor inmenso a las familias y a toda la comunidad. Estos niños salieron de sus hogares en busca de educación y, en su lugar, han sufrido el terror. Sus familias están angustiadas, sin poder dormir, sin saber en qué condiciones se encuentran sus seres queridos”, expresó el obispo en un video enviado a ACN.

“Como Iglesia, nuestros corazones están destrozados, pero nuestra fe sigue firme”, afirmó el obispo durante su intervención ante Nuhu Ribadu.

El secuestro, señala, “representa una profunda herida moral y espiritual para la comunidad y para la humanidad. La violencia contra los niños vulnera los principios fundamentales de la dignidad humana y la santidad de la vida”. Agregó que la respuesta de la Iglesia consiste “en oraciones constantes, atención pastoral y apoyo a las víctimas y a sus familias, además de testimoniar que la esperanza debe mantenerse incluso frente al sufrimiento más profundo”.

Mons. Bulus Yohanna explicó que la presencia de grupos armados también afecta la agricultura y la seguridad alimentaria. Aseguró, además, que “seguiremos predicando la esperanza y desalentando cualquier represalia, incluso mientras exigimos justicia. Continuaremos orando por nuestros líderes, nuestras fuerzas de seguridad y nuestra amada nación”.

Por su parte, el asesor de Seguridad Nacional, Nuhu Ribadu, reiteró el compromiso personal del presidente Bola Tinubu con la liberación de los niños y del personal secuestrado. “El presidente Tinubu está sufriendo. […] Tenía planeado viajar fuera del país, pero tras este incidente decidió no hacerlo. […] Este es el mal en su forma más desnuda y cruel, y todos somos víctimas. Pero podemos asegurarles que es cuestión de tiempo. Esto terminará. Debemos detenerlo”. Añadió: “No permitamos que personas malvadas nos dividan. No dejemos que el mal se apodere de nosotros. Dios está con nosotros. El mal nunca vencerá”.

“Solo Dios puede ayudarlos a superar esto”

También Bernard Doro, ministro de Asuntos Humanitarios y de Mitigación de la Pobreza de Nigeria, hizo énfasis en la unidad al dirigirse personalmente a las familias afectadas. “Quiero dar gracias a Dios por los representantes de los padres, quienes han dejado muy claro que esto no es un asunto religioso. Los bandidos hablan de dinero; eso es lo único que les interesa”.

Nigeria enfrenta una compleja mezcla de factores que alimentan la violencia y la inestabilidad social. Grupos yihadistas como Boko Haram y el Estado Islámico Provincia de África Occidental operan en zonas del norte, atacando a cristianos y a quienes no adoptan su visión radical del islam. En algunos estados de mayoría musulmana donde se ha implementado la sharía, los cristianos son tratados como ciudadanos de segunda clase.

En otras regiones, las disputas entre pastores fulani —en su mayoría musulmanes y fuertemente armados— y agricultores cristianos —generalmente desarmados— han dejado numerosas víctimas. Aunque no es un conflicto estrictamente religioso, la religión actúa como un factor agravante y hay indicios de una creciente radicalización islámica entre los fulani.

El secuestro de 303 estudiantes y 12 empleados es el más reciente de una serie de trágicos incidentes, entre ellos el secuestro de 25 niñas de otra escuela del norte del país, quienes desde entonces han sido rescatadas.

Ayuda a la Iglesia que Sufre pide la pronta y segura liberación de los niños y de todas las víctimas de secuestros en el país. El Informe sobre la libertad religiosa en el mundo de ACN, publicado en octubre, clasifica a Nigeria como un país afectado por persecución debido al incremento de la violencia contra los cristianos y la inseguridad generalizada.

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