Una capilla de pueblo en honor de Nuestra Señora de Fátima
La parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Calzada está formada por 34 comunidades rurales situadas a orillas del río Mayo. Allí, las distancias son grandes. Uno de los pueblos más importantes de la parroquia es la localidad de Los Ángeles, que cuenta con unos 700 habitantes, de los cuales son católicos el 70%. Desde la sede parroquial, el párroco tarda unos 75 minutos en llegar allí recorriendo caminos sin asfaltar y cruzando el río en una balsa.
Este pueblo contaba con su propia capilla, que ya tenía más de 40 años de antigüedad. Sin embargo, sólo estaba hecha de barro, madera y cañas, y además era muy pequeña. La capilla había sufrido daños con el paso del tiempo, tenía agujeros en el tejado y corría peligro de derrumbarse debido a un terremoto que provocó grietas en las paredes en 2021.
Los fieles, que ya no podían utilizar su capilla y para los que la iglesia parroquial estaba demasiado lejos para acudir andando, anhelaban un lugar de culto sencillo, pero digno para la celebración de la Santa Misa, para la oración y la catequesis. Esta comunidad es muy activa: cuenta con un coro juvenil y los feligreses se confiesan y comulgan con la mayor frecuencia posible. Allí rezan el rosario todos los días y la gente profesa un amor y una devoción especiales por Nuestra Señora de Fátima, a quien está dedicada su capilla.
Para hacer realidad su sueño de una nueva capilla, los fieles reunieron dinero y organizaron una tómbola, pero como la gente es pobre, lo recolectado no era suficiente. Entonces, el párroco nos pidió ayuda y nuestros benefactores donaron 17.000 euros.
Los hombres del pueblo ayudaron en la obra de construcción y las mujeres se ocuparon de la manutención de los obreros. El resultado es una nueva capilla, que ya ha sido consagrada. La alegría es inmensa. Los fieles mantienen limpia la iglesia y donan dinero en las colectas para comprar velas y otros artículos necesarios para la liturgia y para pagar la electricidad. Porque es realmente «su» iglesia, por la que están encantados de hacer sacrificios, ya que, para ellos, es importante mantener el «corazón» de su comunidad en un estado digno y hermoso.
¡Gracias de corazón a todos los que han contribuido y que Dios os lo pague!